miércoles, 5 de enero de 2011

Privado - Íntimo

La intimidad es algo que elegís construir con decisiones.
La privacidad es un “derecho”. El derecho da siempre
la sensación de congénito, o dado por otro.
Sé que todo es prestado,
no soy dueño de un pelo de mi propia cabeza.
“Tengo mis derechos” suelen decir en tono de queja
en las películas, “soy un ciudadano norteamericano”.
Está bien tener los derechos.
¿Los huevos dónde los dejaron?

Algunas culturas incivilizadas y primitivas, como la Comunidad Europea, necesitan leer los derechos del niño para cuidar niños, o los derechos humanos para entender que a la gente hay que cuidarla...

Podría decirse que la Privacidad engendra miedo.
La Intimidad... confianza.

Oscar Oubel

La Máquina de hacer enemigos

NESTOR SE LA COME!
acaba de postear un conocido tuyo en facebook, o en msn.

POBRES LOS QUE SE PARECEN A COBOS, DE CARA!
dice otro.

...QUE SAQUEN A LOS NEGROS DE LA CALLE!
dice Mirta, y se pasa vinagre por la dentadura.

...OLIGARCAS, A MÍ EL ESTADO NUNCA ME REGALÓ UNA CASA!
manda por Black Berry a Tweeter un ocupa de Villa Soldati...

Estás chateando y escuchando metal, o reggaeton, o música clásica.
Tenés una laptop Apple en una habitación grande y vacía con aire acondicionado
o morís de calor con un ventilador de colectivero y en un rincón apretado
y tenés una pc de escritorio pero sobre una caja de cartón,
el gabinete abierto y como cuatro cooler colgados con alambres para que le den justo al micro
y a la ram, y todo haciendo ruido...

¡Tuviste un día genial, con tu chica (o chico), empezaron tus vacaciones!
O tu jefe te acaba de pasar las vacaciones, o fuiste desafectado de tu último trabajo
y cobrar el mes es una rosca, y no te dejan en paz.

El caso es que los que posteamos escribimos aquí: en un cuadrado blanco.
Yo no sé cómo te sentís, no sé qué te jode o qué te alivia, y tu cara, para mí, ahora,
es este cuadrado blanco. Porque no te hablo a vos. Me hablo yo solo, a través de esta pantalla.

Así, un amigo de años escribió cosas que me molestaron durante una semana dura, y yo respondí duramente,
y (lo digo con vergüenza), casi me enojé.

Por suerte decidí tomarme ese minuto que (si querés) podés tomarte antes de lanzar una tremenda puteada...

Decidí escribir un mail, entonces:

Amigo, ¿Cómo estás? Contame de vos...

Postear es un toque compulsivo. Pensás en el cuadrado blanco, no en los ojos que del que lee.
Y al final, casi dejás contentos a los mismos:
Los dueños de las redes sociales, las compañías telefónicas y los fabricantes de puchos y cerveza:
Ellos son quienes sacan estadísticas terribles acerca de tu mirada y los ojos que te leen,
y deciden cuántos cigarrillos te vas a fumar de acuerdo a tu ansiedad en los próximos seis meses.

Cómo me imaginás de este lado del vidrio?